lunes, 6 de septiembre de 2010

HISTORIA DE SABIDURÍA: ¿CON QUE OJOS MIRAMOS?

Dos hombres, ambos seriamente enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse en una cama por una hora cada tarde para ayudar a drenar los fluidos de sus pulmones. Su cama estaba junto a la única ventana del cuarto. El otro hombre debía permanecer todo el tiempo en su cama tendido sobre su espalda. Los hombres hablaban por horas y horas. Hablaban de sus esposas y familias, de sus hogares, sus trabajos, su servicio militar, de cuando ellos han estado de vacaciones. Y cada tarde, en la cama cercana a la ventana, el hombre sentado en ella se pasaba el tiempo describiéndole a su compañero de cuarto las cosas que él podía ver desde allí. El hombre en la otra cama, comenzaba a vivir, en esos pequeños espacios de una hora, como si su mundo se agrandara y reviviera por toda la actividad y el color del mundo exterior.

Se divisaba desde la ventana un hermoso lago, cisnes, personas nadando y niños jugando con sus pequeños barcos de papel. Jóvenes enamorados caminaban abrazados entre flores de todos los colores del arcoíris. Grandes y viejos árboles adornaban el paisaje y una ligera de horizontes en la ciudad podía divisarse a la distancia. Como el hombre de la ventana describía todo esto con exquisitez de detalles, el hombre de la otra cama podía cerrar sus ojos e imaginar tan pintorescas escenas.

Una cálida tarde de verano, el hombre de la ventana le describió un desfile que pasaba por ahí. A pesar de que el otro hombre no podía escuchar a la banda, el podía ver todo en su mente, pues el caballero de la ventana representaba todo con palabras tan descriptivas. Días y semanas pasaron. Un día, la enfermera de la mañana llegó a la habitación llevando agua para el baño de cada uno de ellos. Únicamente para descubrir el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, el mismo que había muerto tranquilamente en la noche mientras dormía. Ella se entristeció mucho y llamó a los dependientes del hospital para sacar el cuerpo; tan pronto como creyó conveniente, el otro hombre preguntó si podría ser trasladado cerca de la ventana. La enfermera estaba feliz de realizar el cambio. Luego de estar segura de que estaba confortable entristeció ella y lo dejó solo.

Lenta y dolorosamente se incorporó apoyando en uno de sus codos para tener su primera visión del mundo exterior. Finalmente tendría la dicha de verlo por sí mismo. Se estiró para mirar por ella. Lentamente giró su cabeza y miró por la ventana. Él vio una pared blanca. El hombre preguntó a la enfermera que pudo haber obligado a su compañero de cuarto a describir tantas cosas maravillosas a través de la ventana. La enfermera le contestó que ese hombre era ciego y que por ningún motivo él podía ver esa pared. Ella dijo, "quizás él solamente quería darle ánimo".

SALMO 37:8

Deja la ira y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo.

ENOJO Ó IRA

Cuando sientes dolor te enojas con las personas y cosas que provocan tu dolor...

Te enojas con el sistema que te trata como sino fueras nadie.

Te enojas contigo mismo por haberte metido en este lío.

Te enojas con DIOS por permitir que todo esto suceda.

El enojo no resuelto te llena de amargura y te controla.

Deja que DIOS te ayude a controlar tu enojo.

Déjale quitártelo

Simplemente pide, y Él te ayudará a encontrar paz contigo mismo y con otros.

Déjale a DIOS proveerte con un temperamento controlado por el ESPÍRITU SANTO.


Richard Coss. Pleno Perdón. Un mensaje de esperanza para los encarcelados. Liga Bíblica. Las sagradas escrituras.

¿DIOS NOS SANA DE LA IRA?

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.  Santiago 1:19

El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad. Proverbios 14:29

La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor. Proverbios 15:1

Airaos, pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. Efesios 4:26,27

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Efesios 4:31.

Texto bíblico Reina Valera 1960.

ORACIÓN PARA LA IRA

Padre Celestial en este momento entro en tu Santa presencia para pedirte perdón por mis pecados, tú que todo sabes y conoces de mi, quiero admitirte hoy que estoy enojado (a) por --------------------------------------------------- ya que conoces mi situación te pido me guíes y me orientes en tu presencia; moldéame señor , forma mi carácter según sea tu voluntad y ayúdame a ser mejor hijo (a) para ti, arranca de mi la ira para siempre y para nunca más volver en el nombre de tu hijo amado Jesús amen.